Para aquell@s que tienen un poquito de curiosidad, sobre
el forzoso trabajo de traer un hijo al mundo.
Que lo disfrutéis.
Tener a un hijo en un ambiente acuático es una alternativa de
parto natural con un gran número de seguidores.
Según la
Organización Mundial de la Salud, los expertos sanitarios deben otorgar toda la
información que haya disponible para que cada madre pueda elegir qué tipo
de parto quiere tener; hoy encontramos un gran número de embarazadas que eligen
tener partos en el agua.
HACIENDO HISTORIA:
El primer parto en el agua fue registrado en 1803, más específicamente en Francia. De todas maneras no es hasta 1970 en donde las embarazadas se empiezan a introducir en tinas o bañeras de forma sistemática para tener partos en el agua. Se descubrió que la utilización del agua caliente durante el parto era beneficiosa ya que ayudaba a disminuir el dolor favoreciendo la dilatación cervical, en especial en aquellas mujeres con contracciones ineficaces. A partir de 1981, en Estados Unidos, se empieza a practicar de forma profesional.
¿QUE MUJER PUEDE TENER UN PARTO EN EL AGUA?
Las mujeres que pueden participar de esta alternativa son aquellas que no necesitan o quieren anestesia epidural, que no presentan patologías obstétricas y las que se sienten cómodas y confiadas en el agua. A la vez, aunque la mayoría de las madres usa el agua durante la dilatación, no todas llegan a parir en el agua.
El nacimiento de un bebé es un proceso involuntario y sabemos que no pueden ayudarse a los actos involuntarios pero sí podemos interferir favoreciéndolo, y es aquí en donde los partos en el agua entran.
¿QUE APORTA EL AGUA EN EL PARTO?
El
agua en el parto es un método eficaz y simple que favorece a la mujer
ayudándola a recuperar su instinto biológico y que su sistema neuro-hormonal
pueda facilitar el parto, con un dolor más leve, a través de
menores intervenciones médicas y menos cantidad de analgésicos.
Cuando una embarazada se introduce en una bañera llena de agua caliente (se recomienda una temperatura de 37 °C), se reduce la producción de adrenalina; la adrenalina es la culpable de la rigidez del cerviz a la hora de dar a luz, esto hace que la dilatación se retrase. Además, los partos en el agua son aconsejables ya que el ambiente acuático reduce la estimulación sensorial y la fuerza de gravedad aumentando la producción de endorfinas.
El agua caliente provoca una relajación de los músculos de la madre y repercute en la respiración haciendo que ésta sea mucho más calma; la intensidad y el ritmo de las contracciones disminuye, pero la dilatación es más acelerada. Los partos en el agua permiten a las mujeres alcanzar la intimidad con el aislamiento sensorial que ocasiona el baño con agua caliente, permaneciendo a oscuras y en silencio; la mujer debe introducirse en el agua con el parto ya mediado, con cinco centímetros de dilatación, y es aquí en donde el baño le hace experimentar una profunda relajación y regresión; en cuanto a los expertos, los exámenes vaginales son casi innecesario mientras que el apoyo emocional debe expresarse mediante el contacto.
Cuando una embarazada se introduce en una bañera llena de agua caliente (se recomienda una temperatura de 37 °C), se reduce la producción de adrenalina; la adrenalina es la culpable de la rigidez del cerviz a la hora de dar a luz, esto hace que la dilatación se retrase. Además, los partos en el agua son aconsejables ya que el ambiente acuático reduce la estimulación sensorial y la fuerza de gravedad aumentando la producción de endorfinas.
El agua caliente provoca una relajación de los músculos de la madre y repercute en la respiración haciendo que ésta sea mucho más calma; la intensidad y el ritmo de las contracciones disminuye, pero la dilatación es más acelerada. Los partos en el agua permiten a las mujeres alcanzar la intimidad con el aislamiento sensorial que ocasiona el baño con agua caliente, permaneciendo a oscuras y en silencio; la mujer debe introducirse en el agua con el parto ya mediado, con cinco centímetros de dilatación, y es aquí en donde el baño le hace experimentar una profunda relajación y regresión; en cuanto a los expertos, los exámenes vaginales son casi innecesario mientras que el apoyo emocional debe expresarse mediante el contacto.
Me encanta lo de los partos en el agua, ojalá fuera verdad que cada pareja puede decidir que tipo de parto quiere...
ResponderEliminarMuchas gracias Ester.
EliminarTienes razón, de momento son muy pocos los que pueden elegir el parto (por lo menos en la Seguridad Social) pero todo se andará.
De esta promoción de enfermer@s, van a salir auténticos profesionales de la especialidad de Obstetricia así que por ganas de cambiar las cosas que no quede.
Un beso.